Nuestra historia comienza con una pregunta:

¿Qué pasa cuando comer deja de ser un placer y se convierte en una preocupación diaria?

En 2022, a mi esposo le diagnosticaron alergias alimentarias. Llegamos a esa conclusión luego de muchos años de exámenes, tratamientos y diagnósticos complejos: cáncer de tiroides, desprendimiento de retina, colon irritable, diarrea crónica… Una historia clínica que parecía no tener fin, hasta que entendimos que el problema también estaba en lo que comía.

Ese fue el comienzo de un cambio de vida.

En 2024, empezamos a pensar en cómo podríamos ayudarlo —y ayudar a otros— a vivir sin miedo a lo que comen. A sentir que podían salir a un restaurante o pedir un catering sin preocuparse por terminar en una emergencia.

Así nació Freevia.